sábado, septiembre 22, 2007

Don Melchor, Don Teodoro y Don Dinero

ECOS URBANOS

Don Melchor, Don Teodoro y Don Dinero

“Estoy absolutamente convencido que ninguna riqueza del mundo puede ayudar a que progrese la humanidad. El mundo necesita paz permanente y buena voluntad perdurable.”
Albert Einstein (1879-1955) Científico estadounidense de origen alemán.


Don Teodoro Ponce de León
Tuve el gusto de conocerlo en la preparatoria, y sólo si se le puede llamar conocerlo con una clase y muchas platicas entre pasillos por la escuela y algunas más al centro de la ciudad, donde según me decía, tenía ciertos negocios.

Cuando se está en prepa, y sabes que tu clase de filosofía te la dará una persona que apenas arribó de España y colaboraba en el periódico ABC de España con poemas, pues tratas de ver si en realidad es cierto lo que dicen.

Para la primer clase de filosofía en el bachillerato, tomé prestado un libro de mi tío... Rémulo o Rómulo para no herir susceptibilidades, y seguí uno de sus consejos: "los libros se conocen por el título, el autor y que no se te olvidé ver la editorial.Sentado al frente (típico de los matados... aquellos viejos tiempos) y tratando de enganchar una buena primera impresión en el maestro, coloqué el libro en el mesa banco y esperé con paciencia a que él lo viera y dijera algo. No había terminado de caer en la silla cuando al ver el libro exclamó: "Usted ¿se apellida?" Le di mi apellido, que no le causó el menor interés y me preguntó: ¿que lee?. El libro, si la memoria no me falla, cosa que es muy probable, se llama "Filosofía, ayer y hoy" del autor definitivamente no me acuerdo pero de la editorial sí, Fondo de Cultura Económica. Le respondía el nombre del libro, inmediatamente y a manera de probarme, me hizo las preguntas de autor y editorial a las que contesté rápidamente. Ahí, en ese momento, una luz celestial cayó sobre mi. Desde ese momento en adelante, palabras más, palabras menos, me quedó claro que el diez en el semestre ya era mío. De hecho me dio la opción de no asistir a sus clases, opción que de inicio consideré pero con la primer clase me di cuenta que no era esa una buena opción, así es que aún con ese manto Guadalupano del diez y todas las asistencias (antes eso se podía hacer en el bachillerato, ahora lo dudo) entré a todas sus clases.A Teodoro Ponce de León se le podía preguntar cualquier cosa y para todo tenía respuesta y además un consejo. Yo estudié y además caminé por muchos días junto a él de camino al centro, cuando mi vida giraba en torno a la escuela y el trabajo de mi madre.
Don Melchor Ursúa
Se pueden decir muchas cosas con el riesgo de que alguien ya las haya dicho en estos días o que tengan una versión mejor de la que cuentan otros de sus amigos. Lo que te puedo asegurar es que platicar con él de las cosas que le gusta hacer (caza, pesca, campamentos, etc.) es de lo más agradable, ya que su memoria de largo plaza parece encenderse con facilidad y cuenta de caminos que él, sus hermano y amigos “abrían” con el fin de llegar a una playa virgen o a cualquier lugar exótico que quisieran llegar por más difícil que fuera el camino.

La anécdota que más recuerdo con él fue en una “aventada”. En términos de caza, una “aventada” (dista mucho de ser como una prima que tenía yo muy lejos) es ir a la parte más alta de un cerro y comenzar a caminar cerro abajo, mucha gente, haciendo una línea abarcando la mayor parte posible de la falda del cerro, haciendo el mayor ruido posible, con el fin de que algún animal apto para cazar corriera hacia abajo donde lo esperaba gente con las armas necesarias para echárselo al plato. Entonces, después de haber subido el cerro (el cerro del Tepame, donde se ubica hasta la punta de este cerro, el pueblo de “26 de julio”) ya casi en la punta, mi tío Melchor dio las indicaciones generales para la “aventada”. Desde que yo recuerdo, los tíos abuelos son los que dicen como y cuando. Me volteó a ver y me dijo: “ahora sí sobrino, hagan ruido de aquí hasta la parota que se ve allá. Y es que lo que antes pudo haber sido un problema, como por ejemplo, “carga este costal con cosas” el verdadero problema de las “aventadas” es llegar de un punto a otro, porque el cerro lo subimos en camioneta, pero llegar aquí nomás a esta parota nos llevó tres horas.

Y la historia del tío Melchor es tan larga como la historia del grupo de Voluntarios que el formó a mediados de los año 50.

Desde este pequeño espacio, una felicitación más para el tío Melchor, aparte de las muchas que ya recibe desde hace unos días. Y para no poner lugares comunes (espero que este no lo sea para usted pero así nomás como encuesta rápida

Don Dinero
Está bien agente COV, ya sé que no te corresponde, pero no importa, síguenos echando la mano, porque hay algunas cabezas que convencer porque la Casa Hogar San José de los Huérfanos, debe una lana que por supuesto quieren pagar déjame checar eso. O sea agente COV, sigue la oportunidad latente de que te vistas de héroe, aprovecha. Si además del agente COV hay otros “héroes” de nuestro gobierno y me están leyendo, ya saben como se llama el enfermo y necesita únicamente que le perdonen una deuda pendiente, que cada año se ha visto incrementada porque no había comunicación para hace un ajuste y los cargos (y recargos) se están acumulando).

Me uno a la petición de mi amigo Neto Cortés. Ayudemos.

Hasta pronto. Visiten el blog.

sergioursua@itesm.mx
http://sergioursua.blogspot.com

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