lunes, julio 22, 2013

Don Sergio Ursúa

La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla.
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Jorge Santayana (1863-1952) Filósofo y escritor español.

Por orden en mi memoria, les puedo contar, vendedor de motores de lancha, de artículos de ferretería, diseño(?) y mantenimiento de albercas, fumigador, mecánico, marino, corredor de carros, motociclista, rescastista, bombero voluntario. Esa son las cosas que yo apenas recuerdo de MI PADRE. Entre líneas, entre oficios, recuerdo administrando un taxi, restaurando vehículos, además de la cacería, la pesca y los "amigos".

Él ya falleció hace unos años, pero como decía Facundo Carbal, hizo, por decisión, no sé de quien (o de quienes) lo que mejor pudo haber hecho por mi. En mi opinión personal. ¿Qué? No mantenerse tan cerca de mi. Se alejó de la casa, a otro lugar, a otros lugares.

Explorar, como hasta hace un pare de días, la vida de mi padre es algo que nunca deja de sorprenderme. Es abrir un puerta y terminar entendiendo que más que una puerta es una ventana o una puerta que deja abiertas y cerradas muchas puertas más. Unas incluso que ni ganas de dan de abrir.

Este texto no es un juicio, es una especie de catarsis, una especie de válvula.

Cuando comencé a madurar (hay gente que cree que ahí la llevo... ahí la llevo pues) comencé a hilar muchas de las cientos de cosas que viví con él y puedo darme cuenta de muchas cosas más, más de las que me podía dar cuenta en ese momento.

Entre semana algunos días, los veranos y en ciertas ocasiones especiales pasaba días enteros con él. Aprendí muchas cosas, pero son más las que dejé de aprender. Puede que hasta la fecha me digan "arregla eso, traes en la sangre meterle mano a las cosas (mecánica) para arreglarlas" y nada hay más alejado a la verdad que esa frase, soy un verdadero bruto para eso de la mecánica. Aprendí lo necesario para medio defenderme entre el mundo de los niños que hacen cosas con sus papás y la verdad no recuerdo conversaciones con mis compañeros de primaria acerca de mi papá. Recién le preguntaron a mi hijo que en qué trabajaba su papá y le dijo a su maestra: "mi papá no trabaja". Debe ser eso del Karma.

Sigo abriendo puertas y ventanas, no todas limpias, no todas claras, cada que platico con alguien acerca de mi padre. En ocasiones mis hermanas me recuerdan cosas que yo había mandado a mi papelera de reciclaje. Una ventana que había olvidado cerrar, algo así.

Un padre es eso, sin más, ni menos, sin exaltaciones ni menosprecios y solo me queda dejar en mis hijos una imagen del abuelo "bueno" que ya no tienen y que con esa imagen se queden.

Gracias por leer.

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