miércoles, septiembre 19, 2007

La señora del supermercado

Hay textos cortos, que cuando se leen puedes llegar a decir: "si me dan un par de meses, yo lo pudiera haber escrito". Ya de entrada, no teno ni idea de en que tiempo puse la frase, ojalá no sea en pluscuanperfecto porque para ese tiempo y para el de lluvias, siempre he sido MUY malo.

Es obvio que no nos pasará así con textos cortos de grandes escritores, aunque hay egos tan grandes alrededor de nosotros que tal vez si lo piensen.

A mi me pasó con Rogelio Guedea hace unas semanas, cuando en su columna del Ecos de la Costa, donde narra una de sus idas al supermercado y su experiencia con una mujer con la que va luchando con ponerse cosas en el carrito de ambos a manera de juego travesura. Todo termina en que es su esposa y ellos levan dos carritos. El texto es fresco, como las frutas y verduras que escogen y es hasta el final cuando te sienes atrapado por la estafa y lo que parecía un juego-pleito de super se convierte en un día cualquiera de unos esposos haciendo las compras.

Pues de textos de supermercado, escribo esto. Hace un par de días, al entrar a unos de stas mega tiendas, mi esposa, sin querer, golpeo a uno de mis hijos porque su ángulo de visión no le permitía ver que el chocostián estaba muy cerca de ella. Yo, ella, el niño, mi hija, y mis suegros, nos dimos cuenta de que había sido, como suele ser siempre, un accidente. Pero coo yo no dejo de dar lata y todo mundo sabe que doy lata y además todo mundo siempre me tira al loco, pues le dije en un tono medio raro, casi de regaño: "pues si no lo ves lo pateas". Error, una señora que justo pasaba por nuestro lado, me puso una cara de: "que grosero" pero lo curioso es que me reí porque como siempre nadie me había pelado, ni mis suegros ni mi hija y mucho menos mi mujer y mi risa fue justo cuando la mujer volteó y obviamente que aumentó su enojo. Pero eso no fue lo malo, a mi la verdad pues sencillamente me dio por ignorar sus caras y los dengues que me hizo, de los cuales sólo yo me di cuenta, es decir, el colmo, nadie peló mi comentario ni para bien ni para mal y ni las consecuencias de este. Lo verdaderamente malo fue cuando em topé con la señora en las verduras, el pan blanco, la cajas y la salida, tenía la misma cara de: "que grosero" (pobre marido, con todo respeto, es MUY difícil para todos nosotros descifrar los códigos internos de los matrimonios y si no cheque usted esto. Conocía una pareja de sudamericanos y como siempre yo y mis preguntas locas (simplemente a mi jefe hoy le pregunté cual era su criterio para estacionar su carro en diferentes lugares del trabajo, puso cara de guat? y después de dio su rápida teoría de los árboles y los desechos de los pájaros). Pues a esta pareja les pregunté que como se decían de cariño, la respuesta fue sencilla, no te podemos decir porque no se puede decir en público, ¡gulp! Sin comentarios.

Hasta pronto.

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