sábado, noviembre 14, 2009

El Artículo que si Dios quiere.. (y Adalberto... jejeje) quiere sale mañana...

ECOS URBANOS

Orgullo del bien
Sergio Ursúa*

Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas
Real Academia de la Lengua Española, 22ª Edición

Y es que el término da para dividirse entre complicados caminos y más si se acomoda a nuestro gusto e interés, pero el hecho de que sea, como dice la Real Academia de la Lengua, disimulable, creo que el interés que debemos tener es en dejar de lado la parte de la arrogancia y la vanidad. En algunas búsquedas por internet llega a asociarse muy directamente con uno de los pecados capitales mencionados por Santo Tomás de Aquino, la soberbia y la intención no es llegar hasta allá con este artículo y cuando digo hasta allá no es hasta el infierno sino hasta esas profundidades reflexivas.

En la formación de personas, que es de lo que los encargos principales que tienen las instituciones de educación, es importante fomentar el orgullo del bien, ya que el simple y sencillo orgullo puede tomar el significado negativo de este concepto. En la enseñanza (dentro y fuera del salón de clases) todos los formadores que tienen contacto con los alumnos, deben fomentar el sentido del orgullo en todos los sentidos positivos. Y deben ser auxiliados por los padres de familia en el sentido de que en la familia, los sentimientos de orgullo deben ir relacionados con el bien, de ahí el nombre de esta aportación.

Cuando se forma a estudiantes algo que el maestro debe buscar es la sensación de orgullo generada por el crecimiento intelectual de los alumnos o en el caso de los deportes o la cultura, el triunfo (bien llevado) y el aplauso son los generadores del orgullo en los entrenadores y maestros. ¿En dónde se tuerce el sentido del orgullo? ¿Por qué sentir orgullo cuando se tiene un alumno (o hijo) que es un excelente alumno basado en prácticas desleales como copiar en los exámenes o bajar tareas de una página de Internet? ¿Por qué tener alumno (o hijos) de los que se siente orgullo cuando triunfan pisoteando a los demás?

La familia debe ser, quien en todo momento, dé sentido al orgullo en los términos del bien, donde las acciones que van en contra de valores racionales comunes no pueden ni deben ser motivo de orgullo para los padres. Y es que simplemente no es lógico, educativamente hablando, que un padre se sienta orgulloso de su hijo porque sus juguetes cuestan más que los del niño de enfrente o que sabe más que el compañero de banca si sabemos que lo hace acosta de los demás. En algunas ocasiones, si no es que en la mayoría, los mensajes que damos en familia son tan subliminales que damos al sentido del orgullo su parte más negativa. Llegamos al centro comercial, vemos a las decenas de carros estacionados en la zona de gente con necesidades especiales y en vez de decir a nuestros hijos lo imprudente de la acción, les decimos lo bonitos que es el carro y ya dimos el mensaje de que los carros bonitos es de la gente que se atreve a estacionarse donde no le corresponde y además que preferimos la plaza comercial donde se permite eso. Tal vez exagero, pero la mente de los niños es muy perceptiva, por experiencia lo digo.

En la escuela, desde los hechos más básicos como el salón de clases, hasta los más complejos como las competencias deportivas o culturales entre alumnos, deben ir enfocadas a desarrollar en los estudiantes el orgullo del bien, donde el apego a los valores y el buen desempeño sean los que motiven a las sensaciones de orgullo de los maestros y de los mismos alumnos.

Porque al final no deseamos, no padres ni instituciones educativas, egresados orgullosos de tener éxito cuando se hace todo a costa de pisotear principios, personas u otros intereses, y créame, los hay quienes de manera sutil, promueven eso.

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