sábado, septiembre 08, 2007

Cosas Valiosas - Ecos de la Costa

ECOS URBANOS

Cosas valiosas

Sergio Ursúa

“Que me roben mi tele… no pasada nada,
Que me roben mi guitarra... ahí sí no sé que hago”

Ernesto Cortés
Músico, cantante, actor, locutor… bailarín, escritor, compositor, estatua viviente… periodista, investigador cultural, etcétera… Colimense


Filosofar, aunque sea una vez al año, es bueno para la salud mental, aunque si no se es filósofo de planta, termina un por filosfear. Ante el aviso no hay engaño.

Repentinamente, me di a la tarea (un poco inútil, la verdad) de preguntar que era lo más valioso que hay en la casa de la gente que me rodea y lo menos peor de todo esto, es que no es mucha la gente alrededor la que en ese momento había y por eso la labor fue más filosófica que de investigación.

Ante una pregunta de este tipo, lo primero que encontrará usted como respuesta es un: ¿eh?... ¿de qué hablas?... ¿estás loco? Porque la verdad, quien nos hace una pregunta de ese tipo, ¿un ladrón en pleno uso de su capacidad de cinismo o un loco. Las respuestas las hay desde las más diversas hasta las más complicadas, pero todas tienen dos bases fundamentales, el dinero o el sentimiento. Y aquí es donde se comienza a complicar el asunto de la filosofía.

El buen Ernesto, por ejemplo, pone en la lista a su guitarra, que aún cuando puede costar menos (mucho menos o poco menos) que una televisión, es su modus vivendi de ahí la frase “célebre” del incio. O bien se puede inclinar por el lado de los libros (con o sin autógrafo del escritor) que me imagino lo valioso se adquiere no por el precio sino por el lugar donde se adquirió, leyó, o por como el contenido cambia la visión de las cosas.

Hay quienes tienen como la cosa más valiosa en su casa, alguna pintura que después presumen, fue portada de alguna prestigiosa revista de arte. Mi abuela, por ejemplo, le da gran valor a las fotos (las más viejas por cierto) de sus nietos, sus hijos, su familia, que por cierto sólo se pueden ver una vez cada varios año, cuando salen de su escondite (las fotos, no mi abuela y mis tíos).
Creo yo, habrá gente que pone de por medio el costo financiero para definir sus cosas valiosas, pero cuando se trata de valor, en pesos pues no hay nada más valioso en nuestras casa que escrituras, aparatos electrónico, autos, etc. Y aquí es donde viene eso de la filosofía. Mi conclusión fue que la lista en casa de cada uno de nosotros, la deben encabezar, sin pensarlo dos veces, aquellas cosas que sean designadas valiosas por el corazón, no por la nota de compra. Poner un gran valor a una carta, a una guitarra, a un libro, a una fotografía, dice más de nuestro sentido de vivir, que fijarnos en la nota de compra. En mi casa, su casa hay, muy bien guardado, casi escondido, una caja llena de cursilerías, llena de nota de mi noviazgo con mi esposa, muchos años de textos, recados, tarjetas (de esas que se pegan en cajas de plástico que dentro tiene un “perrito” hecho con flores blancas, que ahora para sin MUY cursis) y demás papelería que ella fue guardando por muchos años (créame, muchos años) y que yo ahora los conservo como la cosa más valiosa que hay mi casa, su casa.

Y ahora usted, ¿cuál es la cosa más valiosa que hay en su casa?

Blog. Hace 3 minutos tengo mi blog, a ver como me va, me dice mi amiga Esperanza (que NO me va a invitar a su boda, ya me avisó) que espera que no sea un blog farol, también yo espero eso, se aceptan críticas y sugerencias.

sergioursua@itesm.mx

* El colaborador es director de Asuntos Estudiantiles y de Resto Extremo del Tecnológico de Monterrey Campus Colima y de la Universidad TecMilenio.

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